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Las contraseñas es el método más utilizado a la hora de acceder a nuestro correo, plataforma de streaming o banca online, por poner algunos ejemplos, pero todo a punta a que estas tienen los días contados, y tarde o temprano las dejaremos de utilizar por otros mecanismos más seguros. Su principal problema lo encontramos en el uso que hacemos las personas, ya que en la mayoría de ocasiones se trata de claves sencillas que resultan fáciles de adivinar, lo que supone poner en riesgo nuestros datos.
Otro de los problemas está en recordarlas, ya que si son complejas es más complicado que nos acordemos de ellas. Para evitar esta situación, muchos utilizan la misma clave para todo, algo que no es recomendable. Como alternativa a todo esto, la biometría parece ser que será la que sustituya a las contraseñas. Un mecanismo que permite identificar a los usuarios por medio de su imagen facial, huellas dactilares u otros mecanismos en pocos segundos.
Las contraseñas tradicionales han girado alrededor de los conceptos de “lo que sabemos” o “lo que tenemos”. Sin embargo, el futuro pasa por acreditar nuestra identidad (“lo que somos”). Es decir, lo que nos hace únicos. Ahí, nuestra biometría, voz y cara están demostrando ser la mejor contraseña posible. Utilizar nuestras características biométricas como credenciales de acceso no sólo es más cómodo y fácil de usar, sino que incrementa la seguridad a todos los niveles.
Recientemente, Veridas se ha posicionado en el cuarto lugar de las mejores compañías en biometría e identidad digital, tras la valoración del National Institute of Standards and Technology (NIST), considerado el organismo más prestigioso del mundo en la evaluación de motores biométricos.
Con motivo del Día Mundial de la Contraseña, Veridas, empresa tecnológica española especializada en identidad digital y biometría, destaca las mejores alternativas ante la obsolescencia de las contraseñas con mayor seguridad y con una usabilidad más sencilla:
- Identificación biométrica por voz: un motor de biometría de voz es capaz de captar las características físicas únicas del aparato vocal y rasgos como la frecuencia, la velocidad y los acentos, y recopilarlas en un vector biométrico de voz único para cada persona. Este vector es irreversible, por lo que volver al audio original es imposible. El motor compara los vectores obtenidos de las grabaciones y ofrece un score de similitud. El reconocimiento es pasivo, ya que la tecnología es independiente del texto e idioma. Es decir, la comparación biométrica se relaciona con las características de la voz y no con el contenido de la frase. Tecnologías como las de Veridas optimizan los costes, mejoran la experiencia del usuario y posibilitan una verificación segura y sin fisuras en todos los canales para prevenir el fraude.
- Identificación biométrica facial: esta tecnología permite comparar dos imágenes faciales y determinar si corresponden o no a la misma persona. De esta manera, es posible verificar la identidad de un individuo mediante una comparación de la fotografía de su DNI y de un selfi. El motor biométrico de Veridas se basa en inteligencia artificial (IA) y está diseñado para velar en todo momento por la privacidad del usuario. Además, es robusto ante los cambios físicos -paso del tiempo y condiciones ambientales-; a diferentes ángulos o vistas parciales del rostro; ante una variedad de etnias y orígenes -el sesgo racial sólo se puede superar con motores entrenados correctamente-; y en la detección de diferentes identidades de similar apariencia -para proteger a los usuarios en los casos de suplantación de identidad, gracias a la capacidad de detección de vida-.