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Los Números de Identificación Personal (PIN), también conocidos como códigos PIN, han sido durante años el método de seguridad y protección en el acceso a dispositivos y servicios tan importantes como nuestros smartphones o cuentas bancarias.
A pesar de haberlo introducido cientos de veces, a veces se nos olvida este código de tan solo cuatro dígitos. Con los avances tecnológicos, la ciberdelincuencia está logrando descifrarlos con relativa facilidad.
Aunque un PIN de cuatro dígitos parece seguro, ofreciendo 10.000 combinaciones posibles, un estudio realizado por un antiguo científico de datos de Meta (antigua Facebook) descubrió que uno de cada cuatro PINs de tarjetas bancarias pueden ser adivinados probando tan solo 20 números. Este dato evidencia que la mayoría de las personas elige combinaciones numéricas predecibles y poco seguras.
Los 10 PINs más comunes y, por lo tanto, más fáciles de adivinar:
- 1234
- 1111
- 0000
- 9999
- 8888
- 1212
- 7777
- 1004
- 2000
- 4444
- 2222
- 6969
Esta lista se ha elaborado a partir de una muestra de más de 3 millones de PINs obtenidos de diversas brechas de seguridad. Lo más alarmante es que las 20 combinaciones más repetidas representan el 27% de todos los códigos PIN utilizados.
Consejos antes de crear un nuevo PIN: combinaciones que debemos evitar
- Evitar números repetidos: Combinaciones como 1111, 3333 o 5555 son las primeras que prueban los atacantes.
- Secuencias numéricas simples: ‘1234’ o ‘4321’ representan casi el 11% de las contraseñas mundiales.
- Fechas de nacimiento: No uses tu fecha de nacimiento, el año de nacimiento o el de tu pareja o hijos en ningún formato. Estas son combinaciones fácilmente adivinables.
- Números con significado cultural: Evita combinaciones como 0007 (James Bond), 1984 (libro de George Orwell), 2001 (por la película «2001: Una odisea del espacio») o 1492 (año del descubrimiento de América).
En resumen, para proteger mejor nuestras cuentas y dispositivos, es crucial elegir un PIN único y menos predecible. La seguridad de nuestra información personal depende en gran medida de la fortaleza de estas combinaciones numéricas. Por ello, cambiar los PINs más comunes por otros más seguros es una medida sencilla pero efectiva para prevenir accesos no autorizados.