Frente a la Extorsión a Menores: Guía Clave para Padres y Educadores

Elena Digital López

La extorsión es un tipo de chantaje que implica el uso de amenazas para obtener algún tipo de beneficio por parte de la víctima. Hablamos de sextorsión cuando, para coaccionar, se utiliza material sexualmente explícito, como fotos o vídeos íntimos.

Los menores suelen ser manipulados para proporcionar contenido íntimo bajo falsas pretensiones, como la promesa de una relación, la confianza en un supuesto ciberamigo o tras un primer envío por parte del agresor. Cuando la víctima confía y le envía su contenido íntimo, suelen comenzar las amenazas con la difusión del contenido entre sus contactos de redes sociales, la exigencia de nuevo contenido, o bien de un pago económico con el que prometen frenar la difusión.

La sextorsión a través de malware añade un giro tecnológico a las tácticas más habituales y supone un grave riesgo para los menores, debido a su desarrollo emocional en curso, falta de experiencia, presión de grupo o poco conocimiento sobre la privacidad en la red. Los extorsionadores dirigen sus acciones en los entornos digitales que utilizan los menores, como redes sociales, plataformas de juegos, mensajería instantánea o correo electrónico. Es necesario educar a los menores sobre privacidad y seguridad en línea, y concienciarles sobre los riesgos a nivel social, emocional y legal que puede conllevar el intercambio de contenido íntimo.

La sextorsión por malware es una táctica en la que los ciberdelincuentes utilizan software malicioso para infectar el dispositivo y conseguir imágenes o vídeos de carácter sexual, ya sea a través de la cámara web, archivos almacenados en el dispositivo o mediante el acceso a aplicaciones. Normalmente, los delincuentes aprovechan la confianza que el menor puede depositar en ellos y la ausencia de medidas preventivas de seguridad.

Algunas de las estrategias más comunes que utilizan incluyen:

  • Correo electrónico: mensajes con ofertas tentadoras, premios falsos, contenido exclusivo, videojuegos o dinero virtual, que incluyen archivos adjuntos o enlaces que filtran malware.
  • Redes sociales: perfiles falsos y técnicas de ingeniería social para ganarse la confianza del menor y comenzar una falsa amistad.
  • Videojuegos online: chat del videojuego donde ofrecen contenido exclusivo o gratuito, con enlaces maliciosos o archivos con malware.
  • Hacking: acceso a plataformas donde el menor ha almacenado contenido íntimo para coaccionarle.
  • Cámara web encendida: malware de acceso remoto que controla la cámara del dispositivo.
  • Aplicaciones de mensajería instantánea: manipulación a través de estas aplicaciones.

Para prevenir la sextorsión, es fundamental ayudar a los menores a desarrollar su pensamiento crítico y concienciarles sobre la importancia de cuidar su privacidad y la de otras personas. Es importante revisar la configuración de sus cuentas, utilizar contraseñas seguras y mantener actualizados el antivirus y el sistema operativo de sus dispositivos. Además, deben evitar descargar archivos y abrir enlaces sospechosos de desconocidos.

Algunas recomendaciones específicas incluyen:

  • No hacer clic en enlaces sospechosos sin verificar su procedencia.
  • Desconfiar de premios y ofertas tentadoras.
  • Desactivar la cámara web cuando no está en uso.
  • Pasar el antivirus a archivos adjuntos antes de abrirlos.
  • No ceder a chantajes y recordar que acceder a las peticiones del extorsionador no garantiza que la extorsión acabe.

Para más información y recursos sobre cómo actuar frente a casos de extorsión a menores, es recomendable visitar las páginas y materiales proporcionados por entidades especializadas. Siempre que sea necesario, se debe pedir ayuda a una persona adulta de confianza y contactar con el servicio gratuito de ayuda en ciberseguridad al número 017.

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